A John Deere le da igual que pagues por sus tractores: siguen siendo suyos, y la clave está en el software
En Estados Unidos se ha reimpulsado el debate sobre el concepto de propiedad: el fabricante de maquinaria agrícola John Deere y el gigante de la automoción General Motors están poniendo en marcha a sus departamentos legales con un propósito singular: modificar la ley y dejar claro que aunque pagues por esos vehículos, no serán tuyos.
El argumento que esgrimen estos fabricantes es el de que los sistemas electrónicos y el firmware que se ejecuta en los vehículos hacen que en realidad los granjeros -por poner un ejemplo- reciban "una licencia implícita durante la vida del vehículo para poder utilizarlo". Fabricantes como este -y no es el único- tratan de impedir que los usuarios "metan mano" en el software y modifiquen vehículos como ya hacen con otros dispositivos electrónicos. Quieren que su software propietario sea intocable -salvo por ellos- para encerrar aún más a esos usuarios en sus ecosistemas.
Los tractores son solo un ejemplo
Es una práctica que ya conocemos de otras batallas y John Deere, General Motors y otros fabricantes están intentando que la Copyright Office de los Estados Unidos tenga en cuenta sus argumentos. Curiosamente en John Deere los abogados aluden a un peligro claro en esta situación: si los usuarios pueden trastear con el software de los tractores, podrían copiar música descargada ilegalmente a los sistemas de entretenimiento de esos vehículos. Ni siquiera se centran en hablar de modificaciones en el comportamiento interno del tractor para controlar por ejemplo, los sensores.
El problema es de hecho más común de lo que parece en Estados Unidos, donde la maquinaria agrícola cada vez incluye más avances tecnológicos que teóricamente ayudan a los agricultores, pero que plantean nuevos problemas: si quieren reparar sus tractores como algunos han hecho toda su vida, no pueden: una infranqueable barrera de software propietario lo impide.
Lo contaba el fundador de iFixit, que no hace mucho trató de ayudar a un granjero conocido a modificar uno de los parámetros de su tractor con la ayuda de un lector CANbus. No sirvió de nada que llevase unos años ya destripando todo tipo de dispositivos: tuvo que rendirse al no poder acceder de ningún modo a la tECU (Tractor's Engine Control Unit).
Meneame.net
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