Nuevas e innovadoras imágenes térmicas obtenidas con el Very Large Telescope (VLT, por sus siglas en inglés) del Observatorio Europeo Austral (ESO, por sus siglas en inglés) y otros poderosos telescopios basados en Tierra han permitido detallar el primer mapa del clima dentro la mayor tormenta gigante del Sistema Solar, situada en Júpiter, conectando su temperatura, vientos, presión y composición de su color, según informó esta institución.
Estos datos recopilados revelan remolinos de aire más cálidos y regiones más frías nunca antes vistas dentro de la 'Gran Mancha Roja de Júpiter'. "Esta es nuestra primera mirada detallada dentro de la mayor tormenta del Sistema Solar", explicó el lider del equipo de astrónomos que realizó el estudio, Glenn Orton.
"Creímos que la 'Gran Mancha Roja' era un óvalo plano y viejo sin mayor estructura, pero estos nuevos resultados muestran que, en realidad, es extremadamente complicada", añadió el experto. Así, las observaciones revelan que el mayor color rojizo de la Gran Mancha Roja corresponde a un centro cálido dentro del frío sistema de tormentas.
Las imágenes muestran oscuras sendas en el borde de la tormenta donde los gases están descendiendo hacia zonas más profundas del planeta. Las observaciones, detalladas en un artículo de la publicación 'Icarus', da a los científicos una idea de los patrones de circulación dentro del sistema de tormentas más conocido del Sistema Solar.
Los observadores de estrellas han estado 'vigilando' la 'Gran Mancha Roja' de una forma u otra por cientos de años, con observaciones continuas a su forma actual desde el siglo XIX. La mancha, que corresponde a una región fría que promedia unos 160 grados, es tan amplia que unas tres Tierras podrían caber dentro de sus márgenes.
COLABORACIÓN DE INSTRUMENTOS
Las imágenes térmicas han sido obtenidas principalmente con el instrumento VISIR instalado en el VLT de la ESO en Chile, con información adicional proveniente del telescopio Gemini Sur en Chile y del Telescopio Subaru en Hawai, del Observatorio Astronómico Nacional de Japón.
En concreto, VISIR permite a los astrónomos mapear la temperatura, aerosoles y amoníaco dentro y alrededor de la tormenta. Cada uno de estos parámetros indica cómo cambia el clima y los patrones de circulación dentro de la tormenta, tanto en lo espacial (en 3D) como en el tiempo.
Además, éstas aportan un nivel de resolución sin precedentes y extendieron la cobertura proporcionada por la nave espacial Galileo de la NASA a fines de la década de los 90. Junto a las observaciones de la estructura profunda de la nube alcanzadas con el Infrared Telescope Facility de la NASA en Hawai, el nivel de detalle térmico alcanzado por estos observatorios gigantes es comparable, por primera vez, a las imágenes en luz visible del Telescopio Espacial Hubble de NASA/ESA.
"Uno de los hallazgos más intrigantes muestra que la parte central de la mancha, de un color rojo-anaranjado más intenso, es unos 3 a 4 grados más cálida que el ambiente que lo rodea", dice el autor principal Leigh Fletcher. Esta diferencia de temperatura puede no parecer mucho, pero a juicio del científico, es suficiente para permitir que la circulación de la tormenta, que normalmente va en el sentido contrario de las agujas del reloj, cambie hacia una débil circulación en el sentido de las agujas del reloj en el centro de la tormenta.
Asimismo, en otras partes de Júpiter el cambio de temperatura es suficiente para alterar las velocidades del viento y afectar los patrones de nubes en los cinturones y zonas. "Esta es la primera vez que se puede decir que hay una estrecha conexión entre las condiciones ambientales (temperatura, vientos, presión y composición) y el color de la 'Gran Mancha Roja'", señaló Fletcher.