Además de los productores de Hollywood, ¿alguien todavía sigue interesado en las películas en 3D? Seguro que sí, pero seguro que otras personas no tienen el más mínimo interés, ya sea porque les da dolor da cabeza, porque la resolución parece ser peor o porque las entradas a una sala 3D son más caras que a una sala común. Actualmente, el 3D es algo opcional, pero podría convertirse en el único formato disponible en un futuro no muy lejano, aunque afortunadamente será un 3D que no requiere gafas.
Para ver una película en 3D se requieren dos proyectores (cada uno proyectando una imagen distinta) y además que el espectador lleve puestos los bonitos lentes plásticos que de seguro todos conocen. Es debido principalmente al uso de un proyector extra y de las gafas que una entrada a una película 3D cuesta más que a la misma película en 2D, pero esto dejaría de ser así gracias a una nueva tecnología coreana que viene de la mano de Optic Express.
La técnica consiste, más o menos, en utilizar un filtro que cubre parte de la pantalla y hacer que las imágenes se vayan intercalando en forma vertical. De momento, esta tecnología 3D no es muy buena ya que posee baja resolución y tiene otros inconvenientes, pero si se vuelve comercial podría ser el fin del cine en 2D ya que no se necesitaría aumentar los precios al no requerirse un proyector más ni tampoco un montón de lentes especiales.
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