Ben Alexander se pasaba casi todo el día con juegos de video. Como consecuencia de ello, sus calificaciones en la Universidad de Iowa bajaron mucho.
Alexander, de 19 años, necesitaba ayuda para superar una adicción que él considera tan destructiva como la del alcohol y las drogas. La encontró en este suburbio de Seattle, donde funciona un centro para adictos a la internet que dice ser el primero de su tipo en el país.
Irónicamente, el centro, llamado ReSTART, se encuentra cerca de Redmond, una de las principales capitales de la industria de las computadoras, donde tiene su sede Microsoft. Abrió en julio y ofrece internaciones de 45 días para personas que no pueden alejarse de la internet y están obsesionadas con los juegos de video, los mensajes de texto, Facebook, eBay, Twitter y otros servicios que ofrece la tecnología moderna. El tratamiento cuesta 14.000 dólares.
"Venimos haciendo esto desde hace años, solo que sin internar a la gente", expresó Hilarie Cash, una terapeuta que es la directora ejecutiva del centro. "Hasta ahora, no podíamos enviarlos a ningún sitio".
La adicción a la internet no es considerada una enfermedad en sí misma por la Asociación de Psiquiatría de los Estados Unidos y su tratamiento rara vez es cubierto por los seguros médicos. Pero hay muchos centros de rehabilitación de este tipo en China, Corea del Sur y Taiwán, donde se le da gran importancia a la adicción a la internet y numerosos psiquiatras afirman que se trata de una enfermedad real y muy dañina.
El centro de Fall City, unos 30 kilómetros al este de Seattle, puede recibir un máximo de seis pacientes. Alexander es el primero y pasa los días hablando con psicólogos, realizando distintas tareas domésticas, trabajando, haciendo excursiones, ejercitándose y cocinando galletas de jengibre.
Resta por verse si estos programas funcionan a largo plazo, ya que resulta muy difícil resistir la tentación de zambullirse en la internet dado que está al alcance de todo el mundo, en cualquier lugar y a cualquier hora.
Los efectos de la adicción son serios e incluyen la pérdida del trabajo, la disolución de un matrimonio y accidentes por enviar textos cuando uno maneja. Se sabe de casos en los que una persona ha muerto por estar jugando con videos durante días, sin un descanso. Generalmente se les producen coágulos por estar sentados tanto tiempo.
El centro abrió en un sitio bucólico, propiedad de una amiga de Cash, la psicoterapeuta Cosette Dawna Rae. No atiende a adictos al sexo a través de la internet porque la familia de Rae vive en el lugar.
Kimberly Young, del Centro para la Recuperación de Adictos a la Internet de Bradford, Pensilvania, dijo que los síntomas de la enfermedad incluyen: preocupación por pensamientos generados por la internet, estar conectado más tiempo que el previsto, imposibilidad de alejarse de la internet, problemas de relación, en el trabajo o en la escuela por el tiempo que uno le dedica a la internet; mentir para disimular el tiempo que uno pasa conectado, el uso de la red para escaparle a problemas o a una depresión, alteraciones en el peso de uno, dolores de cabeza o síndrome del túnel carpiano.
No hay unanimidad de criterios en torno a cómo tratar estos problemas, en parte porque la adicción a la internet puede ser un síntoma de otros trastornos mentales, como la depresión, o incluso de autismo, según los expertos.
"Por lo que sabemos, los adictos a la internet son gente que padece de severas depresiones, ansiedad o síntomas de fobia social que les impiden llevar una vida plena y lidiar con otras personas", señaló Ronald Pies, profesor de psiquiatría de la SUNY Upstate Medical University de Syracuse, estado de Nueva York.
"Puede ocurrir que, a menos que tratemos los problemas subyacentes, surja alguna forma de adicción", indicó Pies.
Pies y el doctor Jerald Block, de la Oregon Health Sciences University de Portland, dicen que no ha suficientes elementos como para considerar la adicción a la internet una enfermedad en sí misma.
"Entre los psiquiatras se reconoce que a muchos pacientes les cuesta controlar el impulso de conversar online, de jugar juegos de video o de ver pornografía", dijo Block. "Pero se debate cómo clasificar estas condiciones".
Los adictos a la internet no pueden mantener conversaciones reales ni mantener contactos humanos reales, ven deteriorarse su higiene y sus relaciones, no comen ni duermen bien y no se ejercitan lo suficiente, según Rae.
Alexander es un joven alto, tranquilo, que siempre sacó buenas notas y quiere ser biólogo.
Dice que comenzó a jugar con el popular video "World of Warcraft" hace un año. "Al principio lo hacía un par de horas al día. Pero hacia la mitad del primer semestre (en la universidad) jugaba 16 o 17 horas diarias", relató.
"La escuela no me resultaba interesante", agregó. "Esta era una forma fácil de socializar y conocer gente".
El muchacho no asistió a clases en el segundo semestre e hizo un tratamiento tradicional para adictos que duró diez semanas. Una vez completado el tratamiento, sin embargo, sintió que no estaba del todo curado y decidió internarse en el centro de Fall City.
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