El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y otros líderes occidentales acusaron el viernes a Irán de construir una planta secreta de combustible nuclear y pidieron a Teherán que detenga inmediatamente lo que denominó un "desafío directo" a la comunidad internacional.
Obama hizo públicas las acusaciones en una aparición junto al primer ministro británico, Gordon Brown, y el presidente francés, Nicolas Sarkozy, en la cumbre del G-20 en Pittsburgh, agudizando una disputa con Irán por su polémico programa nuclear.
"Es el momento para que Irán actúe inmediatamente para restablecer la confianza de la comunidad internacional mediante el cumplimiento de sus obligaciones internacionales", dijo Obama, agregando que Teherán había estado construyendo la planta en secreto durante años.
El organismo de control nuclear de Naciones Unidas, la Agencia Internacional de Energía Atómica (IAEA, por su sigla en inglés), dijo el viernes más temprano que Irán le acababa de avisar de la construcción de una segunda planta de enriquecimiento de uranio.
La revelación tardía probablemente refuerce los temores occidentales de una búsqueda iraní de armas nucleares. Teherán insiste en que su programa tiene fines pacíficos para la generación de electricidad.
Un alto funcionario estadounidense, que informó a los periodistas mientras Obama asistía a la cumbre del G-20, dijo que parecía que la instalación iraní estaba al menos a unos meses de tener todas las centrifugadoras instaladas y operativas.
Se cree que la nueva planta está diseñada para albergar unas 3.000 centrifugadoras para enriquecer uranio.
En Naciones Unidas, un alto funcionario iraní dijo que las acusaciones de que la planta era clandestina "no eran ciertas".
"Si era una planta encubierta, no hubiéramos informado a la Agencia (Internacional de Energía Atómica)", sostuvo.
Luego fueron divulgadas por la agencia de noticias iraní ISNA declaraciones del jefe del organismo nuclear de Irán, Ali Akbar Salehi, diciendo que la actividad de una planta de enriquecimiento que está bajo construcción se enmarca dentro de las regulaciones de la IAEA y que lo que busca es preservar el derecho de Teherán a usar energía nuclear con fines pacíficos.
La IAEA dijo que Irán había revelado el lunes la existencia de la planta a su director general, Mohamed ElBaradei.
El organismo ha solicitado a Irán que lo antes posible provea acceso e información sobre la planta, construida dentro de una montaña a unos 160 kilómetros al sudoeste de Teherán.
El portavoz de la IAEA Marc Vidricaire dijo que Irán había declarado que pretendía enriquecer uranio en la nueva instalación, como en su complejo de Natanz que fue escondido al organismo nuclear hasta el 2002, sólo al nivel del 5 por ciento viable para generar combustible de una planta eléctrica.
"La agencia también entiende de Irán que no ha sido introducido ningún material nuclear dentro de las instalaciones", agregó el portavoz.
Mark Fitzpatrick, analista jefe en no proliferación del Instituto Internacional para Estudios Estratégicos, dijo que sospechaba desde hace tiempo que Irán estaba enriqueciendo uranio en otro sitio.
"Creo que Irán lo reveló porque sabía que Estados Unidos lo haría público pronto", dijo a Reuters.
INTELIGENCIA COMPARTIDA
La revelación, que extiende una historia de ocultar planes nucleares a inspectores de no proliferación de la ONU, aportó argumentos a los pedidos occidentales de considerar sanciones más duras contra Irán, con vistas a las conversaciones de seis potencias que se celebrarán el 1 de octubre en Ginebra.
Estas negociaciones serán una "prueba seria" de la voluntad de Teherán para ocuparse de las preocupaciones sobre la nueva planta, dijo el funcionario estadounidense.
Obama compartió reportes de inteligencia sobre la planta iraní con el presidente ruso, Dimitry Medvedev, en reuniones celebradas en Nueva York a principios de esta semana, agregó.
El presidente estadounidense acusó a Irán de "romper reglas que todas las naciones deben seguir" y pidió a inspectores internacionales que "investiguen inmediatamente esta inquietante información".
Sarkozy dijo que Irán estaba llevando a la comunidad internacional por un camino "peligroso" y amenazó con nuevas sanciones si los líderes de la república islámica no cambiaban el curso hacia diciembre.
En tanto, Brown dijo que el desafío de Irán debe endurecer la posición de la comunidad internacional, que ahora debe "marcar un límite con Irán".
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