La Luna tiene dos heridas más en su ya agrietada cara. La NASA ha concluido con éxito su misión «kamikaze» -ofrecida en directo en su web (13.30, hora peninsular)-, consistente en el impacto contra la superficie de nuestro satélite natural de la sonda de detección y observación LCROSS y su cohete Centaur. El objetivo es buscar agua, un descubrimiento vital para el desarrollo de la exploración espacial.
«Éxito de la misión», ha anunciado el controlador en el Centro Ames de Investigaciones de la NASA en Moffett Field (California), donde reinaba un ambiente de satisfacción por los resultados. «Los instrumentos funcionaron como estaba previsto (...) hemos recibido confirmarción termal de que el impacto ha ocurrido», ha añadido.
En las imágenes, algo más oscuras de lo que esperábamos, se ha visto cómo el cohete Centaur chocaba contra el cráter Cabeus, el punto escogido por la NASA por ser el que tiene más posibilidades de albergar agua. El impacto ha levantado una polvareda de 10 kilómetros de altura. Muy cerca, la LCROSS ha fotografiado la colisión para la NASA TV y ha enviado los datos obtenidos a la Tierra. De inmediato, ha cruzado la nube de desperdicios y se ha empotrado ella misma contra el suelo. Antes, sus espectómetros deberán haber analizado la nube de partículas iluminada por el Sol, en busca de signos de agua. «Si existe agua ahí, o cualquier otra cosa interesante, vamos a encontrarla», ha asegurado Tony Colaprete, responsable del proyecto en el centro Ames.
Seguimiento masivoEl programa ha incluido imágenes en directo de la cámara de la sonda, animación de telemetría recibida en tiempo real, imágenes de las operaciones de la misión, comentarios de expertos y retransmisión del momento del impacto con imágenes recibidas en el centro Ames de la NASA y, posiblemente, del observatorio de Mauna Kea, en Hawaii. El espectáculo ha sido seguido masivamente en Estados Unidos. Incluso la Casa Blanca ha preparado su propia «fiesta lunar», en la que astrónomos profesionales y aficionados han desplegado más de 20 telescopios. El evento coincide con el 400 aniversario del primer vistazo de Galileo a los cielos a través de un telescopio.
La agencia espacial norteamericana nunca había realizado una misión semejante desde 1971, cuando el cohete Saturno IVB del Apolo 14 se empotró en nuestro satélite natural para conocer su estructura interior.
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