Apenas hace un mes que Microsoft ha lanzado Windows, 7, pero parece que ya tiene planeada la hoja de ruta para tener listo a su sucesor dentro de tres años.
Así al menos se puede deducir tras el evento Professional Developers Conference celebrado la semana pasada en Los Angeles, cuando se apuntó en varias presentaciones que tanto Windows 8 como la próxima versión de Windows Server estarían listos en 2012.
Con esto se estrecharía la distancia entre las diferentes versiones del sistema operativo: si de XP a Vista pasaron cinco años, un trienio distanciará a Vista, W7 y W8. La intención de Microsoft parece ser la de un gran lanzamiento cada cuatro años como máximo, y actualizaciones menores cada dos.
Es posible incluso que Microsoft esté ya reclutando ingenieros para trabajar en Windows 8. Según Sofpedia, durante varios días publicó una oferta laboral, ahora retirada, en la que se mencionaban los planes para poner en marcha Windows 8.
De momento, lo que está claro es que Microsoft está plenamente satisfecha con la respuesta inicial del mercado ante Windows 7. En una reunión ante sus accionistas, Steve Ballmer, CEO de la compañía, definió las ventas de W7 como “fantásticas”. Aunque no ofreció datos concretos, se calcula que las ventas en las primeras semanas podrían duplicar las de Vista.
Si éste vendió 20 millones de copias en su primer mes, W7 podría haber alcanzado los 40 millones de unidades, incluyendo tanto las copias instaladas en PCs nuevos como el propio paquete de software.
Una acogida que sin duda tendrá su reflejo en el balance de resultados de Microsoft, ya que las licencias de Windows representan alrededor de la mitad de los ingresos generados por la compañía, que superaron los 20.400 millones de dóalares durante el último año fiscal.
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